Consejos para grabar con móvil para YouTube en casa
Cómo conseguir vídeos de gran calidad técnica grabando con un móvil desde casa: iluminación, sonido, configuración del móvil...

Elegir el móvil
Para conseguir un vídeo de calidad no hace falta el último modelo de móvil de gama alta. Cualquier móvil de gama media puede dar muy buenos resultados.
La iluminación
Uno de nuestros principales objetivos será hacer que el móvil (también aplicable a cualquier cámara) trabaje en su zona de rendimiento óptimo, en la que vamos a conseguir una imagen limpia, sin ruido digital (granulado)
Aunque nosotros vemos perfectamente en el interior de una casa con una iluminación normal, las cámaras tienen más problemas.
Sobre todo cuando graban vídeo, ya que para cada fotograma sólo disponen de un tiempo de exposición muy pequeño.
Si el sensor no recibe luz suficiente de la escena la cámara compensa subiendo ISO (amplificación electrónica, sensibilidad) y a medida que subimos ISO la imagen final, cada fotograma, tendrá más ruido digital visible, más granulado.
Por lo tanto, tenemos que hacer que el sensor reciba la cantidad suficiente de luz para que trabaje en la zona de ISO más bajo posible.
La iluminación tiene además una componente artística.
Se puede jugar con la forma de iluminar la escena (esquemas de iluminación) para crear diferentes tipos de ambientes y estilos.
El sonido
En la mayoría de los casos el sonido es tan importante como la imagen.
De nada nos sirve tener una calidad de imagen perfecta si luego no se entiende lo que dice la persona que aparece en el vídeo o suena ‘a lata’, distorsiona, etc.
Calidad técnica suficiente
El contenido es mucho más importante que la calidad técnica (calidad de imagen + sonido)
Pero tenemos que conseguir un nivel mínimo de calidad técnica, a partir del cual ya pasa desapercibida para la persona que ve el vídeo.
Si no alcanzamos ese mínimo, la persona que ve el vídeo se da cuenta de que hay algo que no está bien: el granulado de la imagen, el sonido distorsionado o con mucho ruido ambiente… Son factores que distraen y restan puntos.
Cuando alcanzamos una calidad técnica mínima la persona que ve el vídeo se centrará en el contenido, y todo lo demás: la imagen, el sonido, la decoración… forma parte del ambiente y del estilo del vídeo, no distrae ni va en contra de la calidad global.
Si conseguimos superar ese nivel mínimo nadie que vea un vídeo va a pensar: esto está grabado con el móvil fulanito, aquí ha utilizado el micrófono de la marca X, no está grabado en un estudio profesional… No, simplemente va a disfrutar del contenido.
Con un móvil podemos conseguir perfectamente esos parámetros de calidad técnica suficiente.
Un equipo mejor nos dará un pequeño plus de calidad y posiblemente nos hará la vida más fácil en algunas ocasiones, pero no marcará la diferencia. Sobre todo grabando en interior donde podemos controlar muchos parámetros externos.
El estudio
Si grabamos desde casa, nuestro estudio será una habitación o el salón por ejemplo.
Tenemos que organizar ese espacio en función del equipo que tengamos, sobre todo va a depender de la iluminación.
Si no tenemos equipo de iluminación la mejor opción es la luz natural.
Iluminación con luz natural
Intentaríamos colocarnos (la persona que aparece en el vídeo o la escena) frente a una ventana.

Cuanto más grande sea la ventana mejor.
Cubriendo la ventana pondríamos una cortina de tela blanca, translúcida, para que entre una luz suave, difusa. Sobre todo si la orientación de la ventana hace que entre la luz directa del sol.
Nos colocaríamos muy cerca de la ventana.
La idea es que la superficie de esa fuente de luz sea lo más grande posible con respecto a la escena (p.e. la cara de la persona) para que ilumine la cara de forma homogénea y con una luz suave, para que no se marquen sombras muy duras.
Si te estás grabando a ti mismo puedes jugar un poco con la orientación de la cara con respecto a la ventana. Si estás justo de frente la iluminación será muy homogénea en toda la cara. Si te giras un poco habrá una zona de la cara un poco más iluminada y se creará una sensación de volumen que puede ser también agradable.
Iluminación con luz artificial
El problema de la luz natural es que nos hace muy dependientes de las condiciones externas: sólo podríamos grabar a ciertas horas del día y las condiciones pueden ser muy variables (nubes, inclinación del sol..)
La iluminación con luz artificial nos aportará más libertad: es constante, tenemos cierto control sobre la luz que emite y nos da más posibilidades para organizar el estudio.
En los otros artículos ya hemos hablado de las cualidades de la luz: intensidad, calidad (dura / suave), color (temperatura de color) y dirección.
La intensidad nos interesa por lo que comentábamos al principio: conseguir que el sensor de la cámara (el móvil en este caso) trabaje en su zona óptima.
No hace falta que nuestra habitación parezca un faro y tener que grabar con gafas de soldador. Sólo tenemos que conseguir una intensidad un poco mayor que la suele tener una habitación normal.
Las otras características: calidad, color y dirección tienen que ver más con los aspectos artísticos. Lo veremos en el apartado de esquemas de iluminación.
El fondo
Es muy importante cuidar el fondo.
Como ocurre con los parámetros de calidad técnica, el fondo tiene que formar parte del ambiente del vídeo para dar una sensación global agradable sin que distraiga la atención con respecto al protagonista.
Tener como fondo una habitación desordenada con todo tirado por ahí no es quizás la mejor opción.
Algunos consejos para conseguir un fondo agradable:
Siempre es buena idea tratar de separar el fondo todo lo que podamos, que quede bastante espacio entre el protagonista y la pared que está detrás:
Evitamos o reducimos las sombras que genera la iluminación
Evitamos al espectador la sensación un poco agobiante de un entorno muy reducido, sin espacio
Nos va a ayudar a jugar con el desenfoque del fondo, aunque en el caso de un móvil prácticamente toda la escena saldrá enfocada
Nos va a ayudar a jugar con la iluminación y decoración del fondo para hacerlo más agradable
Un fondo minimalista es casi siempre mejor que un fondo recargado.
Al cerebro humano le gustan las escenas simplificadas: un protagonista destacado y lo demás lo más simple posible.
Un fondo recargado con detalles implica que el cerebro va a estar distrayéndose constantemente, esto le supone más ‘trabajo’ y la sensación global es que el vídeo es menos agradable de ver.
Por otra parte, tener un fondo minimalista no significa poner una pared blanca detrás y a correr. Sería quizás demasiado simple.
Si tenemos detrás una pared lisa blanca podemos jugar con una pequeña iluminación de fondo de color para crear un degradado suave.
Si tenemos de fondo una estantería: procuraremos que esté lo más ordenada posible. También podemos con la iluminación principal para quitarle luz, quitarle protagonismo, y añadirle una luz de fondo suave para tener más control sobre el ambiente.
Si en la habitación no podemos encontrar un encuadre que nos proporcione un fondo agradable podríamos utilizar un fondo fotográfico para estudio (backdrop).

Se pueden encontrar a buen precio o los podríamos hacer de forma casera. Básicamente es un soporte que permite desplegar un fondo que puede ser de diferentes materiales: papel, tela, vinilo..
Puedes encontrar todo tipo de estampados, desde colores homogéneos, imitación de madera, pared de ladrillo…
Ese fondo sería como una pared que aisla el fondo real de nuestra habitación. Sobre esa pared se aplicarían los mismos criterios que hemos comentado: separarla en lo posible del protagonista, añadirle alguna luz de fondo para crear ambiente, etc.
Esquemas de iluminación
Con la iluminación tenemos que cubrir dos aspectos: primero el aspecto técnico, tener una intensidad suficiente para que la cámara dé un rendimiento óptimo, y segundo el aspecto artístico: iluminar para conseguir un resultado agradable.
Intensidad
Con respecto a la intensidad. Lo importante no es la potencia que genere la fuente de luz, sino la cantidad de luz que recibe la escena.
La potencia de luz está relacionada con los lúmenes que emite la fuente. Cada lámpara, bombilla, panel… tienen una determinada potencia lumínica, que se miden en lumen (lm)
La cantidad de luz que llega a la escena (se mide en lux) depende de la potencia lumínica de la fuente pero también de la distancia a la que está esa fuente (disminuye con el cuadrado de la distancia).
Y también depende de otros factores, por ejemplo si colocamos un difusor delante de la fuente, de si la fuente tiene un reflector para concentrar la luz en una dirección, etc.
La regla práctica para este tipo de estudios pequeños sería elegir una fuente de luz por encima de los 1000 lúmenes.
Yo elegiría fuentes de luz a partir de los 2000 lúmenes para tener margen. Luego siempre tendremos la opción de separar un poco más la fuente de luz o añadir más difusión, etc. para regular la intensidad final que recibe la escena.
Temperatura de color
La temperatura de color se refiere al color dominante de la luz blanca que usamos para iluminar. Por razones históricas se habla de temperatura (hace referencia al color de objetos calentados a cierta temperatura)
Por ejemplo, la luz del sol a mediodía tiene una temperatura de color de unos 5500K (se mide en kelvin, equivalente a grados pero en su propia escala, 5500K equivale a unos 5200 ºC). Esa temperatura de color es lo que la visión humana entiende por luz blanca neutra.
La luz de una bombilla incandescente estaría por los 3000K y su dominante es hacia el amarillo anaranjado, se dice que es una lúz cálida.
La luz ambiente en un día nublado estaría por lo 7000K y tendría una dominante azulada. Las temperaturas de color altas reciben el nombre de luz fría.

Es importante que todas las fuentes de luz principal (las que actúan sobre el protagonista o la zona principal de la escena) tengan la misma temperatura de color.
Si mezclamos iluminación con diferentes temperaturas de color los tonos finales de la imagen no serán fieles a la realidad. Por ejemplo los tonos de piel, el color de los objetos…
Si vamos a combinar luz natural (ventanas) con luz artificial lo ideal es elegir fuentes de luz con una temperatura similar, sobre los 5000K
Para los puntos de luz secundarios, que no influyen directamente en la iluminación del sujeto principal, no hace falta que tengan la misma temperatura, incluso se puede buscar un contraste de color por ejemplo en la luz de fondo.
Esquemas y puntos de luz
El esquema más general sería el de 3-4 puntos de luz.
Luz principal Ilumina con unos 45º con respecto al eje que forma la línea entre la cámara y el sujeto principal. Aporta más intensidad de luz. Ilumina desde un ángulo por encima del sujeto principal, para evitar que las sombras se proyecten sobre el fondo.
Luz secundaria o de relleno Estaría al otro lado, también a unos 45º, con una intensidad un poco menor. La idea es disminuir las sombras en la cara pero sin eliminarlas del todo para que conserve cierto volumen (para que no quede una cara aplanada). Jugando con la intensidad de relleno podemos dar un aspecto más dramático o un aspecto más suave, más plano. Ilumina desde un ángulo por encima del sujeto principal, para evitar que las sombras se proyecten sobre el fondo.
Luz de contra Ilumina desde atrás y desde arriba la cabeza y los hombros del protagonista. No tiene mucha intensidad, se utiliza para dar una sensación de volumen, para separar al protagonista del fondo.
Luz de fondo Como el fondo suele estar alejado de las fuentes principales recibe menos luz y puede quedar muy oscuro. La luz de fondo se utiliza para generar una luz ambiente agradable en ese fondo. En muchos casos se utiliza luz de color (p.e. coloreada mediante una lámina de color / gel de color)

Sobre ese esquema clásico hay muchísimas variantes.
Al final la iluminación es una cuestión artística y cada uno puede estar más a gusto con su propio esquema.
Otras veces es una cuestión de limitación de espacio o limitación de equipo.
Con una fuente de luz
Si sólo tenemos una fuente de luz intentaremos que tenga una superficie relativa más grande.
Colocaremos algún tipo de difusor, como comentábamos con la ventana, para conseguir una luz suave que ilumine por igual toda la cara.
Podemos usar por ejemplo un softbox grande o simplemente una sábana o algún material translúcido que haga esa difusión de la luz y convierta una luz puntual (superficie pequeña) en una fuente con una superficie mayor.
Para maximizar esa superficie nos interesa que la distancia entre la fuente de luz y el sujeto principal sea relativamente pequeña.
Hay una opción que se utiliza mucho que son los aros de luz.
El aro de luz tiene el efecto de crear una superficie de emisión bastante extensa. La cámara o el móvil se suele situar en el centro del aro. La iluminación suele ser bastante homogénea.
El aro aparece reflejado en los ojos de la persona, creando un efecto interesante (no a todo el mundo le gusta).
Cuando usamos una luz normalmente la colocaremos frente al protagonista. Ligeramente por encima de su cabeza, formando un pequeño ángulo para que la sombra proyectada no sea visible en el fondo.
Si el protagonista usa gafas te tendrás que pelear un poco más con la posición relativa de la fuente de luz para intentar evitar los reflejos directos, que pueden llegar a ser muy molestos. En estos casos quizás un esquema con 2 o más fuentes de luz sea más práctico.
Una fuente de luz + reflector
Podemos usar un reflector como punto de luz secundaria: un cartón blanco grande, una plancha de poliexpán (poliestierno, corcho blanco), un reflector plegable de fotografía…

Como vamos a usar dos puntos de luz no necesitamos una superficie de emisión tan amplia. Podemos usar un difusor más pequeño para la luz principal.
La luz principal iría en ángulo como hemos comentado en el esquema general.
El reflector se colocaría en el lateral opuesto para rebotar parte de la luz de foco principal hacia la escena.
Jugaríamos con la distancia y el ángulo para conseguir rellenar las sombras, manteniendo cierto volumen.
Dos fuentes de luz
Luz principal y luz de relleno.
La luz principal marca la intensidad máxima.
La luz de relleno se utiliza para suavizar las sombras, manteniendo un cierto contraste entre la parte izquierda y la parte derecha de la cara.
De esta forma conseguimos volumen (que la cara no parezca plana) y podemos jugar con la intensidad del relleno, por ejemplo separando o acercando el foco si no podemos regular su intensidad, hasta dar con el estilo que más nos guste.

Los puntos de luz deberían estar por encima del protagonista, apuntando en un cierto ángulo hacia abajo para que las sombras proyectadas sobre el fondo queden hacia abajo, fuera del encuadre.
Luz natural + luz artificial
Se puede utilizar la luz natural como fuente principal o como relleno.
Tiene las limitaciones que comentábamos antes: no es una fuente constante y sólo podemos usarla durante el día.
También la podemos usar simplemente como luz ambiente.
En ese caso intentaríamos colocar nuestro encuadre de forma que la ventana quede en un lateral a ser posible.
Podríamos jugar con la luz natural como fondo, pero puede llegar a ser complicado y nos puede generar un contraluz no deseado.
Luz de contra
La luz de contra no es imprescindible, pero aporta un toque extra.
Esta luz se utiliza sobre todo con personas, para crear un efecto de volumen en la escena y separar visualmente el primer plano (la persona) del fondo.

La luz de contra ilumina la cabeza y los hombros, desde atrás y desde arriba, en un ángulo bastante pronunciado.
Es una luz muy sutil. Tenemos que regular su intensidad hasta conseguir un efecto agradable, sin que genere sombras no deseadas o llegue a crear algún efecto no deseado de contraluz.
Luz de fondo
Se utiliza para crear un ambiente agradable en el fondo.
Por ejemplo si el fondo está algo alejado del protagonista recibirá bastante menos luz de la iluminación principal. Aparecerá más oscuro y apagado.
De igual forma, si el fondo está muy pegado al protagonista podemos usar una luz de fondo para crear cierta separación.

Si el fondo es de un color homogéneo, por ejemplo una pared blanca o un backdrop, podemos jugar con una luz de fondo de color para crear un degradado.
Hay miles de posibilidades.
Es cuestión de imaginación y hacer muchas pruebas hasta dar con la configuración que nos guste más.
Grabar sonido con el móvil
La regla de oro es: colocar el micrófono lo más cerca posible de la fuente de sonido.
Cuando el micrófono está cerca de la fuente vamos a eliminar gran parte del sonido ambiente no deseado (tráfico que pasa junto a nuestra casa, vecinos, etc.)
Y también vamos a reducir otros problemas relacionados con la acústica de la habitación (más adelante hablamos también sobre esto).
Grabar con el micrófono interno del móvil no suele ser la mejor opción. Si no tenemos más remedio y no tenemos un micrófono externo, intentaríamos estar lo más cerca posible del micrófono del móvil. Pero fíjate que esto nos limita bastante.
Una de las mejores opciones es usar un micrófono Lavalier (de solapa).

El micrófono se coloca muy cerca de la boca (cuello de una camisa o camiseta) y lo conectamos por cable con el móvil.
Micrófono de solapa para cámaras y smartphone. Micrófono de condensador. Cable 6 metros
Boya BY-M1 - Micrófono Lavalier Omini Direccional, Negro Hay veces que el micrófono de solapa también nos puede limitar los movimientos. Podemos usar un sistema inalámbrico, pero ya estaríamos hablando de soluciones que requieren cierto presupuesto.
En esos casos puede ser interesante usar un micrófono direccional.

Un micrófono direccional recoge el sonido desde una dirección preferente y aisla bastante el sonido que recibe de los laterales (y de la parte posterior dependiendo de su patrón de captación)
Se sigue aplicando la misma regla: intentaremos colocarlo para que esté lo más cerca posible de la fuente de sonido.
El micrófono direccional puede dar problemas si la acústica de la habitación es mala (el principio de funcionamiento de estos micrófonos se puede ver afectado por las reflexiones primarias y otros efectos en el interior de una sala, lo notaríamos como algún tipo de ecualización / distorsión del sonido).
En esos casos, si no nos queda más remedio que usar un direccional, podríamos probar diferentes posiciones y ángulos, para intentar minimizar el efecto negativo de las ondas reflejadas (más abajo lo vemos en el apartado de acústica).
Conectores
Este tipo de micrófonos (de gama de consumo) suelen usar un conector jack de 3.5mm
Hay dos tipos de conectores jack: TRS y TRRS
El conector TRS tiene 3 contactos metálicos (masa, canal izquierdo y canal derecho).
El conector TRRS tiene 4 contactos metálicos (masa, canal izquierdo, canal derecho y micrófono)
Los móviles usan un conector TRRS. Las cámaras y las grabadoras externas de sonido utilizan conector TRS.
Hay adaptadores, así que no hay problema. Muchas veces un micrófono TRS funciona directamente en el móvil. Otras veces no, o el nivel de sonido será muy bajo o tendrá mucho ruido. En ese caso compra un adaptador TRS a TRRS.

Algunos iPhone usan la conexión Lightning, no tienen entrada jack. Se puede usar perfectamente el micrófono con un adaptador.
Niveles de audio
Si tu móvil y tu app te permiten controlar el nivel de audio durante la grabación verifica que está en todo momento por debajo de los niveles recomendados.
Si no puedes ver el nivel durante la grabación haz pruebas antes de comenzar a grabar vídeo. Puedes utilizar alguna app de grabación de sonido. Muchas de ellas incluyen vúmetro (el indicador de nivel de sonido)

La zona óptima estaría en la zona de los -12dB para una conversación normal. De esa forma se rechaza una parte importante del ruido ambiental (reberveración no deseada, ruidos de la calle, vecinos, etc.) y dejamos margen por si durante la toma subimos el nivel de voz, gritamos o reímos.
Si el nivel de sonido llega a 0dB se produce saturación (clipping o clipeo) y el sonido se ‘rompe’, sonaría distorsionado y es muy molesto.
Es preferible subir el nivel de sonido en edición.
Si tu móvil te lo permite intenta desactivar la opción de ganancia automática. La ganancia automática hace que en los silencios el móvil intenta amplificar más el sonido (para compensar), y suele tener un efecto negativo porque se pueden colar ruidos del entorno.
Lo ideal es trabajar sin ganancia automática, ajustando nosotros el nivel de forma manual hasta que alcance los niveles óptimos que hemos comentado. Como digo, esto no es posible en todos los móviles y también depende de la app que utilicemos.
La acústica del estudio
Las paredes, el suelo, el techo y todas las superficies rígidas de la habitación actúan como reflectores del sonido. Son como espejos para las ondas sonoras.
Cuando emitimos un sonido, las ondas que genera rebotarán en todas esas superficies y una parte de ese sonido volverá hacia la fuente (hacia el micrófono en este caso)
La cuestión es que los sonidos rebotados llegan con un cierto desfase, ya que han recorrido una distancia mayor.
Dentro de una habitación se producen muchos efectos diferentes relacionados con la propagación de las ondas de sonido.
Cuando las distancias son relativamente grandes el efecto es el eco (hay un desfase que puede percibir el cerebro). Cuando las distancias son pequeñas el efecto más notorio es la reverberación.
La reverberación podríamos imaginarla como la energía sonora que corresponde a las ondas de sonido que se han reflejado muchas veces, en los diferentes elementos de la habitación. Es como un remanente, que se añade al sonido principal como una especie de estela difusa.
La reverberación en niveles controlados es agradable, estamos acostumbrados a la reverberación en espacios cerrados. De hecho, un sonido totalmente puro, sin reverberación, a veces puede sonar poco natural.
Si la reverberación es muy exagerada se produce un efecto muy característico y reconocible, como si cada sílaba la difumináramos y la extendiéramos en el tiempo, como la estela de un barco (la percibimos como alguien hablando en el interior de un pozo o un sonido ‘enlatado’)
La reverberación es muy difícil de eliminar, sobre todo en habitaciones pequeñas.
Siempre que sea posible, interesa elegir una habitación grande. El salón suele ser la mejor opción (lógicamente no siempre es posible)
Otro efecto negativo serían las reflexiones primarias.
Son ondas que llegan al micrófono tras una primera reflexión (en una pared, o un elemento rígido extenso)
Tienen un nivel mucho más alto que la reverberación, y como llegan desfasadas con respecto al sonido principal, cuando se combinan generan un efecto de ecualización del sonido: en general se notaría como cierta distorsión.
Hay que intentar evitar los rebotes directos, que son los que más afectarán negativamente.
La forma más sencilla es colocando elementos en las paredes: cuadros, las cortinas de las ventanas, estanterías, plantas en las esquinas… es decir, la decoración habitual que tendríamos en una casa.
Esos pequeños elementos absorben parte de la energía de las ondas de sonido (principalmente de alta frecuencia) y generan rebotes secundarios que dispersan la energía inicial de la onda.
Las ondas no se reflejan ya de forma directa, llegan al micrófono mucho más atenuadas y lo hacen en un rango de desfase más amplio. No se producen patrones de interferencia tan marcados.
En el suelo normalmente hay muchos elementos, pero podemos añadir en cualquier caso alguna alfombra.
El techo puede ser un reflector directo. Si las paredes y el suelo ya tienen elementos suficientes lo normal es que no afecte demasiado.
En una sala con ese tipo de elementos en las paredes y suelo, normalmente eliminamos también efectos como los ecos flotantes (reflexiones que se propagan en superficies paralelas: paredes enfrentadas, techo-suelo)
Todos esos apaños sólo reducen los efectos en la gama alta de frecuencias y en menor medida en la gama media (aunque ya supondrían una mejora apreciable).
Los graves, los sonidos de baja frecuencia, tienen un comportamiento más complejo.
Los sonidos de baja frecuencia tienen una longitud de onda más grande, del orden del metro de longitud. Para ese tipo de ondas los elementos pequeños de las paredes, alfombras, cortinas, etc. son básicamente transparentes. Esas ondas sólo ‘ven’ la pared desnuda y tendremos rebotes directos.
La habitación puede actuar como caja de resonancia para ciertas frecuencias en esa zona de los graves. Tendríamos el efecto de interferencia aditiva o destructiva para esos bajos, que se conocen como modos propios o modos resonantes.
Esto depende mucho de las dimensiones de la habitación.
Los efectos negativos se agravan cuanto más pequeña sea la habitación y cuanto más simétrica (más cuadrada). Un cuarto de baño sería de los peores escenarios: pequeño, cuadrado, con paredes muy reflectantes, etc.
De nuevo, interesa elegir la habitación más grande posible.
De todas formas, para grabar voz creo que en la mayoría de los casos no te va a afectar. Algunos micrófonos tienen la opción de activar un filtro paso alto, que elimina las frecuencias más bajas (p.e. por debajo de 80-100 Hz que podrían ser problemáticas) y también lo puedes hacer en edición.
Si notas que al grabar se atenúan los graves o se potencian mucho, o se produce algún tipo de resonancia desagradable (y has comprobado que no es debida al micrófono, o al pie de micro, etc.) intenta cambiar la posición del micrófono. Los modos propios tienen que ver con las ondas estacionarias (resonancias) y sus picos y valles ocupan posiciones espaciales concretas dentro de la sala. A veces, con mover unos centímetros el micrófono se nota una mejora apreciable.
No gastes dinero en espumas acústicas y ese tipo de cosas sin saber.
Hacer un tratamiento acústico de una habitación no consiste en ‘empapelar’ las paredes con espuma.
La acústica de una habitación es un tema complejo. Antes de invertir dinero, invierte tiempo en aprender un poco sobre acústica. Para poder tomar decisiones con fundamento y no depender de ‘recetas’ milagrosas.
Para grabar voz ‘normal’, voz hablada con una calidad suficiente para que se entienda bien y no suene a ‘cueva’, mis recomendaciones serían:
Intentar elegir la habitación más grande posible
Que la habitación no esté vacía: cuadros en las paredes, cortinas, sillones, alfombras, etc.
El micrófono muy cerca de la fuente de sonido. Un micrófono de solapa sería ideal, o un micrófono de estudio a unos centímetros de la boca (no interesa pegar del todo el micrófono, tiene que haber una cierta separación de unos pocos centímetros, pero a partir de ahí, cuanto más separemos el micrófono más efectos negativos de la acústica se van a colar en la grabación)
Si no es posible colocar el micrófono muy cerca (p.e. si estamos en movimiento), entonces podríamos usar un micrófono direccional. Pero hay que tener en cuenta que estos micrófonos son más sensibles o les afectan más los efectos si hay una mala acústica. Intenta probar diferentes posiciones del micrófono para ver cuál de ellas ofrece una mejor calidad.
Si a pesar de todo no conseguimos tener un sonido aceptable debido a la acústica, podríamos plantear mejorar esa acústica, pero no a lo loco, sino siguiendo unos criterios con algo de fundamento.
Grabar vídeo con el móvil
Recordatorio (siento ser tan pesado):
- La luz es súper importante, hay que conseguir una buena iluminación.
- El sonido es muy importante, hay que conseguir un sonido lo más limpio posible.
Centrándonos ya en el propio móvil, aquí viene una lista de consejos para mejorar la grabación de vídeo.
Cada móvil es diferente, cada usuario es diferente y también el entorno, las características del estudio, etc…
Es decir, cada uno se tiene que adaptar a su entorno y a las herramientas de las que dispone.
La idea, lo importante, es saber por qué se hace cada cosa, para tener el control y dejar menos parámetros al azar. Además de mejorar la calidad técnica de tus vídeos, a la larga supone una mayor eficiencia.
Vamos con ello:
Limpieza del objetivo
La parte externa de la cámara está expuesta a suciedad: polvo, la grasa natural de las manos, de la cara…
Muchas veces no se ve a simple vista, pero puede afectar bastante a la nitidez de la imagen.
Simplemente hay que pasar un paño suave, como el que se utiliza para limpiar las gafas. Puedes humedecer el paño con algún líquido específico para limpieza gafas o de objetivos fotográficos.
Estabilidad
Utiliza un trípode o cualquier sistema que permita mantener el móvil completamente estable durante la grabación.
Para grabar en casa no necesitas un trípode de gama alta, puede valer prácticamente cualquier trípode.
Un trípode estándar de fotografía te va a dar mucha flexibilidad (altura que puede conseguir por ejemplo, estabilidad y te va a servir también en el exterior).
Pero también puede ser práctico un trípode pequeñito para colocar sobre una mesa.
Para acoplar el móvil al trípode necesitarás una pinza o soporte para móvil (para trípode) o algún sistema similar.
Algunos soportes son una especie de armazón (rig) al que se pueden acoplar accesorios: foco led, micrófono… Pueden ser también una buena opción si tienes pensado grabar también en exteriores.
Colocación de la cámara
La cámara debería estar colocada a la altura de la cara (si estamos grabando a una persona) o un poco más arriba para generar un pequeño ángulo.
La distancia entre la cámara y el protagonista dependerá del encuadre que quieras conseguir y del ángulo de visión de la cámara del móvil.
Cámara
Normalmente todos los móviles tienen una cámara principal, situada en la parte trasera del móvil.
La cámara principal es la que suele ofrecer mejor calidad. Algunos móviles tienen otras cámaras en la parte trasera: telephoto, angular…
Si nos grabamos a nosotros mismos es más cómodo utilizar la cámara delantera, en modo selfie. Pero ten en cuenta que esta cámara suele tener unas prestaciones más pobres.
Siempre que puedas, intenta usar la cámara principal, es cuestión de acostumbrarse.
Coloca el móvil fijo en un trípode o en el soporte que uses. Encuadra utilizando algún elemento como referencia, una almohada colocada en tu silla por ejemplo. Y haz pruebas de grabación colocándote ya en tu posición habitual, para ver que el resultado final es correcto.
Puedes usar un espejo detrás del móvil para tener una referencia mientras grabas.
Con algunos móviles de puede configurar una opción de reproducción en espejo, que permite ver la pantalla del móvil en otro dispositivo: un monitor de ordenador, una tablet, una televisión…
Encuadre
No hay un encuadre que sea mejor o peor.
Es una cuestión artística y del estilo de cada uno, y del tipo de vídeo que estemos haciendo: no es lo mismo un monólogo, hablando a la cámara, que una situación en la que nos grabamos cocinando…
Los planos muy cerrados de la cara suelen ser un poco agobiantes para el espectador. En general conviene dejar un poco de aire (espacio) entre la cabeza y el borde superior del encuadre, y lo mismo con los bordes laterales.
¿Formato apaisado o vertical?
Si vas a publicar en YouTube o similar: siempre formato apaisado, nunca vertical.
El formato vertical sólo es compatible con algunas redes sociales.
¿Qué app es mejor para grabar vídeo?
Nos interesa una aplicación que nos deje todo el control posible sobre los parámetros de grabación.
Todo lo que sea automático implica que será el móvil el que tome las decisiones por nosotros. A veces acertará y otras veces no acertará y nos estropeará la toma.
Las aplicaciones nativas que incluye cada móvil suelen ser cada vez más completas y muchas de ellas incluyen algún modo ‘Avanzado’ o modo ‘Pro’ que nos da acceso a más parámetros de grabación.
Hay aplicaciones de terceros que suelen funcionar muy bien, son muy completas:
Open Camera Es gratuita y permite controlar casi todos los parámetros
Filmic Pro Es un poco la referencia. Permite controlar prácticamente todos los aspectos de la grabación. Es una aplicación de pago pero si es compatible con tu móvil merece la pena. La tacho por el momento porque parece que han cambiado su formato de pago a una suscripción, que encarece mucho el uso. Podría valer la pena para alguien que haga un uso muy intensivo. Intentaré probar otras aplicaciones para incluir a modo de alternativa.
Estas aplicaciones dependen lógicamente de las limitaciones del hardware de cada móvil (si tu móvil no graba 4K 60fps la aplicación no va a hacer que grabe en ese formato). Y también dependen de la capa del sistema operativo. Hay móviles que no dejan acceso por defecto a determinadas funciones o parámetros de la cámara.
Pero en general, cualquiera de esas aplicaciones funciona muy bien y tienen una interfaz que facilita el control de la cámara durante la grabación, sobre todo para bloquear parámetros (exposición, enfoque dependiendo de la situación, balance de blancos) y evitar que el móvil vaya cambiando parámetros sobre la marcha según su criterio.
Balance de blancos
El balance de blancos tiene que ver con la temperatura de color de la iluminación que estemos usando.
Todas las cámaras y móviles suelen trabajar por defecto con un modo automático AWB (auto white balance), que en general suele funcionar bien.
El problema es que en vídeo muchas veces tenemos situaciones cambiantes. Por ejemplo, si utilizas luz natural y pasa una nube hay un cambio en la temperatura de color de la luz (pasa a ser un poco más fría), la cámara lo detecta y corrige automáticamente. El resultado es que todo el color de la escena cambia también.
Ese tipo de cambios de color no los queremos. Queremos que los colores sean consistentes durante toda la toma
Lo ideal sería fijar el balance de blancos antes de comenzar la grabación.
Algunas apps te permiten elegir un balance de blancos predeterminado: tungsteno, luz cálida, fluorescente, sol, nublado, sombra…

Ten en cuenta que el balance de color tiene como objetivo conseguir un blanco ‘neutro’ a partir de una iluminación con una determinada dominante de color.
Si por ejemplo estás usando iluminación de 5500K y fijas un balance ‘Luz cálida’, la cámara compensará el color y te dará una imagen con dominante azulada. Si fijas un balance ‘Nublado’ la cámara te dará una imagen con dominante anaranjada.
El balance de blancos te permite jugar con la dominante de color de tus vídeos. Por ejemplo si te gustan más los tonos cálidos o los tonos fríos.
Con Open Camera por ejemplo puedes prefijar el balance de blancos. Con Filmic Pro puedes incluso elegir una temperatura de color concreta.
Otra opción es usar el balance de blancos automático (AWB) para el encuadre final y bloquearlo para que use el valor calculado durante toda la grabación.
Control de exposición
Con la exposición vamos a hacer lo mismo. Queremos fijar una exposición y que se mantenga constante durante toda la toma.
La mayoría de las apps permiten bloquear la exposición manteniendo el dedo sobre la pantalla (sobre la zona de enfoque) durante unos segundos.
Apps como Open Camera y Filmic Pro también te permiten bloquear la exposición de una forma muy sencilla, y además te dan la opción de hacer un ajuste de exposición manual.
ISO
Como hemos comentado anteriormente, queremos que la cámara trabaje con un ISO lo más bajo posible: 100, 200 o 400 podrían ser valores de ISO con los que vamos a conseguir una imagen bastante limpia de ruido.
Si ves que a ISO 400 la imagen se sigue viendo algo oscura necesitarías una iluminación más intensa. Prueba a acercar más las fuentes de luz o tendrías que usar unas fuentes de luz un poco más potentes.
Lo ideal sería trabajar con ISO 100 (o el ISO mínimo que soporte el móvil, en algunos puede ser 200)
Enfoque
Aquí va a depender mucho del sistema de enfoque de tu móvil.
Si tiene un buen sistema de enfoque lo mejor quizás es dejarlo en automático. Enfoque continuo con seguimiento de cara por ejemplo.
Si el sistema de enfoque de tu móvil no es fiable (pierde el enfoque con frecuencia durante la grabación y tarda en volver a encontrarlo) entonces prueba con enfoque manual.
Los móviles suelen tener una profundidad de campo muy amplia, prácticamente todo lo que está en el encuadre aparecerá enfocado (excepto los objetos muy muy próximos a la cámara). Así que aunque nos movamos un poco hacia adelante o hacia atrás seguiremos estando enfocados.
Si te grabas a ti mismo, toma como referencia un objeto que esté en la misma posición donde estarás tú, por ejemplo una almohada colocada en tu silla. Enfoca pulsando con el dedo y una vez que esté enfocado bloquea el enfoque.
Para bloquear el enfoque: en muchas aplicaciones hay que mantener el dedo sobre la zona que queremos enfocar durante unos segundos.
En Open Camera hay diferentes opciones para enfoque manual, por ejemplo puedes elegir enfoque fijo o enfoque bloqueado.
4K vs 1080p
La calidad que ofrece 1080p es suficiente en la mayoría de los casos.
Ten en cuenta que al grabar en 4K necesitarás mucho espacio de almacenamiento y si vas a editar desde el propio móvil necesitarás uno con bastante potencia de procesamiento.
Si la edición la vas a hacer desde un ordenador, tienes que ver si tu ordenador te permite editar 4K con fluidez.
Resumen: si tu equipo te permite editar en 4K y tienes espacio suficiente para almacenar tus vídeos, entonces graba en 4K y luego decide si reescalas a 1080p en edición o si editas y publicas directamente en 4K.
24fps / 30fps / 60fps
El número de fotogramas por segundo está relacionado con el estilo que le quieras dar al vídeo.
Con 24fps tendrías un estilo más de cine, los movimientos de los objetos crean una pequeña estela (motion blur) que da esa sensación de película, de ficción…
Con 30fps sería un estilo de televisión, es el estándar de YouTube.
Con 60fps tendrías un estilo más de retransmisión deportiva o documental. Hay muy poco motion blur y la imagen se ve muy nítida.
Grabar a 60fps te da la opción de convertir a 30fps en edición, incluyendo algunos cortes en cámara lenta (2x)
Ten en cuenta que para grabar a 60fps hace falta el doble de luz que para grabar a 30fps manteniendo los demás parámetros (ISO). Es decir, si tu iluminación va muy justa es preferible grabar a 30fps para mantener un valor de ISO más bajo.
Resumen de configuración del móvil para vídeo
Limpia el frontal de la cámara del móvil antes de comenzar a grabar
Coloca el móvil en un lugar estable, preferiblemente un trípode
Sitúalo a la altura de los ojos o un poco por encima
Intenta usar la cámara principal (trasera) ya que ofrece más calidad de imagen
Utiliza un micrófono externo: de solapa o un micrófono direccional colocado lo más cerca posible de la persona que habla
Elige el encuadre que más te guste (más abierto, más cerrado, centrado, regla de los tercios…). Intenta dejar un poco de aire, espacio, entre la cabeza y el borde superior del encuadre, y también hacia los laterales.
Usa un modo avanzado de la aplicación de cámara nativa de tu móvil o instala alguna app externa como Open Camera, Filmic Pro, etc. que te permita controlar los parámetros de grabación
Fija un balance de blancos predeterminado o usa el balance automático del móvil pero bloquéalo para que no cambie durante toda la toma.
Bloque la exposición para que no cambie de forma automática durante la toma
Verifica que con esa exposición el móvil está trabajando con un ISO bajo (p.e. ISO 100 o 200). Si no es así, intenta subir la intensidad de la luz o acerca más las fuentes de luz que estés usando
Si tu móvil tiene un buen sistema de enfoque déjalo en enfoque automático: continuo con detección de cara si es posible.
Si no tiene un enfoque automático fiable puedes trabajar con enfoque fijo. Utiliza una referencia (p.e. la silla donde te vas a sentar) para enfocar y luego bloquea el enfoque en esa posición.
Si vas a editar en el móvil tendrás que probar si puedes editar vídeo en 4K con fluidez.
Una opción puede ser grabar en 4K y luego reescalar en edición a 1080p para conseguir un poco más de nitidez.
Si tu móvil no te permite editar en 4K, no tienes almacenamiento suficiente o te ralentiza mucho el proceso: graba en 1080p, te va a dar calidad suficiente.
Elige el número de fotogramas por segundo dependiendo del estilo del vídeo o tus preferencias en cuanto a estilo: 24p para un estilo más de cine (pero lo tendrías que combinar con algo más en edición, por ejemplo con algún preset o filtro de color que se acerque más a ese estilo), 30p sería el estándar y normalmente es la opción más adecuada, y 60p sería para un estilo más de documental o de retransmisión deportiva.
Ten en cuenta que grabar a 60 fotogramas por segundo necesita más luz para mantener bajo el ISO (con respecto a 30 fotogramas por segundo)
Si tu móvil y aplicación te permite monitorizar el nivel de audio, verifica que el nivel esté siempre por debajo de los -6dB, incluso por debajo de los -12dB para evitar saturación (clipeo). Es preferible tener que subir el nivel en edición que usar un sonido roto, distorsionado.